La política de inmigración sigue enfrentando posiciones en Europa, como se refleja también en los editoriales que publica la prensa con respecto al proyecto de la UE de atraer inmigrantes cualificados.
Un especialista en computación que llegó a Alemania con la Green Card.
Der Standard, de Viena: “Europa está llena de inmigrantes que no desea y espanta a aquellos que necesita con urgencia por motivos económicos. Dado que en materia de inmigración cada Estado de la UE juega con sus propias reglas, a menudo nebulosas, los astutos consiguen infiltrarse con facilidad, mientras los honestos suelen salir perdiendo. La respuesta lógica a tal dilema sería una política europea conjunta de inmigración, que establezca iguales condiciones en toda la UE y, sobre todo, presente una oferta atractiva para los profesionales que actualmente se marchan hacia Estados Unidos o Canadá.”
Necesidad demográfica
Thüringer Allgemeine, de Erfurt: “Tras el verde, ahora el azul. Aún no se olvida el bochorno de la Green Card (Tarjeta verde) y los parlamentarios de Estrasburgo ya han urdido el asunto de la Blue Card, para fastidio de alemanes y austriacos. Sin embargo, algo es seguro: Europa necesita trabajadores extranjeros, aunque más no sea que desde el punto de vista demográfico. Estados Unidos y Canadá, Australia y Suiza, deben desde hace tiempo la mayor parte de su bienestar a los especialistas inmigrados. Es posible que el valor simbólico de la Blue Card sea por lo pronto mucho mayor que su utilidad efectiva. Sin embargo, una política de impermeabilidad nacional no puede tener perspectivas en una Europa unida.”
El mercado laboral alemán
Neue Osnabrücker Zeitung, de Osnabrück: “Políticos de las Unión Cristianodemócrata y del Partido Socialdemócrata muestran una sorprendente coincidencia en su rechazo a los planes de Bruselas. Y descubren sus simpatías por las grandes reservas existentes en el mercado laboral alemán. O, en su defecto, hacen notar que a partir de noviembre se facilitará el ingreso a Alemania de personal adecuado procedente de los países del centro y el este de Europa, con lo cual se aliviará la escasez. Sin embargo, esas son sólo maniobras distractivas, inadecuadas para superar el déficit. Los profesionales cualificados no hacen fila en la frontera alemana. Países como Estados Unidos, Canadá y Australia son mucho más abiertos. Allí se ha comprendido hace ya tiempo que los especialistas que inmigran traen bienestar y no generan problemas.”
La otra verdad
Daily Telegraph, de Londres: “La inmigración descontrolada a Gran Bretaña aumenta rápidamente, dado que el gobierno laborista no está en condiciones de controlar nuestras fronteras. Se estima que el flujo de inmigración puede haberse triplicado en el lapso de los últimos 10 años y es probable que en este país vivan hasta un millón de inmigrantes. Y se trata de inmigrantes que no quieren integrarse. Precisamente ahora, Bruselas propone una Blue Card para permitir la entrada de otros 20 millones de asiáticos y africanos a la Unión Europea, con el fin de compensar la falta de fuerza laboral. Por suerte, Gran Bretaña puede hacer valer en este caso su derecho a las excepciones acordadas y rechazar esta desastrosa propuesta.”
Un especialista en computación que llegó a Alemania con la Green Card.
Der Standard, de Viena: “Europa está llena de inmigrantes que no desea y espanta a aquellos que necesita con urgencia por motivos económicos. Dado que en materia de inmigración cada Estado de la UE juega con sus propias reglas, a menudo nebulosas, los astutos consiguen infiltrarse con facilidad, mientras los honestos suelen salir perdiendo. La respuesta lógica a tal dilema sería una política europea conjunta de inmigración, que establezca iguales condiciones en toda la UE y, sobre todo, presente una oferta atractiva para los profesionales que actualmente se marchan hacia Estados Unidos o Canadá.”
Necesidad demográfica
Thüringer Allgemeine, de Erfurt: “Tras el verde, ahora el azul. Aún no se olvida el bochorno de la Green Card (Tarjeta verde) y los parlamentarios de Estrasburgo ya han urdido el asunto de la Blue Card, para fastidio de alemanes y austriacos. Sin embargo, algo es seguro: Europa necesita trabajadores extranjeros, aunque más no sea que desde el punto de vista demográfico. Estados Unidos y Canadá, Australia y Suiza, deben desde hace tiempo la mayor parte de su bienestar a los especialistas inmigrados. Es posible que el valor simbólico de la Blue Card sea por lo pronto mucho mayor que su utilidad efectiva. Sin embargo, una política de impermeabilidad nacional no puede tener perspectivas en una Europa unida.”
El mercado laboral alemán
Neue Osnabrücker Zeitung, de Osnabrück: “Políticos de las Unión Cristianodemócrata y del Partido Socialdemócrata muestran una sorprendente coincidencia en su rechazo a los planes de Bruselas. Y descubren sus simpatías por las grandes reservas existentes en el mercado laboral alemán. O, en su defecto, hacen notar que a partir de noviembre se facilitará el ingreso a Alemania de personal adecuado procedente de los países del centro y el este de Europa, con lo cual se aliviará la escasez. Sin embargo, esas son sólo maniobras distractivas, inadecuadas para superar el déficit. Los profesionales cualificados no hacen fila en la frontera alemana. Países como Estados Unidos, Canadá y Australia son mucho más abiertos. Allí se ha comprendido hace ya tiempo que los especialistas que inmigran traen bienestar y no generan problemas.”
La otra verdad
Daily Telegraph, de Londres: “La inmigración descontrolada a Gran Bretaña aumenta rápidamente, dado que el gobierno laborista no está en condiciones de controlar nuestras fronteras. Se estima que el flujo de inmigración puede haberse triplicado en el lapso de los últimos 10 años y es probable que en este país vivan hasta un millón de inmigrantes. Y se trata de inmigrantes que no quieren integrarse. Precisamente ahora, Bruselas propone una Blue Card para permitir la entrada de otros 20 millones de asiáticos y africanos a la Unión Europea, con el fin de compensar la falta de fuerza laboral. Por suerte, Gran Bretaña puede hacer valer en este caso su derecho a las excepciones acordadas y rechazar esta desastrosa propuesta.”